Si está leyendo este texto, es porque seguramente usted se encuentra dentro del 20% de los habitantes de este mundo que luchan a diario contra su colesterol elevado… y hasta ahora, no ha podido solucionarlo.
Yo sé cómo se siente, porque también sufrí las consecuencias de tener los niveles de colesterol muy elevados, y lo que es peor, ni siquiera estaba enterado que padecía una afección que ponía en riesgo mi vida a diario.
He ingerido una gran cantidad de medicamentos para controlar mi colesterol, que me han producido indeseables y peligrosos efectos secundarios, que he debido tratar a su vez con más medicamentos!
Solo conseguia resultados temporales con algunos medicamentos, que luego debía reemplazar por alguno más fuerte, hasta que este también dejaba de dar resultados.
Los doctores a los que veía, no se molestaban en indicarme que una dieta baja en grasas no era el único camino exitoso para reducir mi colesterol.
He gastado cientos, e incluso miles de dólares en tratamientos y sistemas que nunca dieron resultado…
Porque si se siente identificado con cualquiera de los puntos anteriores, lo que va a leer en este sitio web puede ser lo más importante que haya leído en toda su vida… Existe un grupo de personas afortunadas que, por razones genéticas, más el agregado de llevar una vida saludable, poseen bajos niveles totales de colesterol.
En cambio, algunas personas suman un factor genético desfavorable, un estilo de vida sedentario, más una deficiente nutrición, y eso lleva, sin duda y sin salida, a la aparición de altos niveles del colesterol malo, o LDL.
Nosotros no somos capaces de modificar nuestras condiciones genéticas hereditarias, pero lo que sí podemos hacer, son una serie de pequeños cambios "secretos" en nuestro estilo de vida y dieta, que mejorarán nuestros niveles de colesterol en sangre, y que pueden mantenerlo totalmente controlado de manera fácil y natural.
El colesterol es un componente útil y necesario en nuestras vidas, ya que interviene en la formación de los tejidos celulares, y es por ese motivo que no se busca eliminarlo en su totalidad, sino, que lo que se debe hacer es controlarlo y evitar los daños devastadores que puede causar.
Pero HOY ha llegado el momento de decirle basta al colesterol alto, y decirle basta a los efectos colaterales de los medicamentos que “supuestamente” lo mantienen controlado!
Yo le indicaré paso a paso cuál es el camino! Solo debe prestarme un poco de atención durante los próximos 3 minutos.
Lo que va a leer es muy importante, y seguramente no lo ha leído antes porque "ellos" no quieren que usted lo conozca. Cuando hablo de "ellos", me refiero a las grandes corporaciones, como son los laboratorios multinacionales y los medios de comunicación…
Antes que nada deseo hacerle saber que los tratamientos mágicos no existen, pero esto quizás usted ya lo sabe bien.
Ni tampoco existe una cura definitiva para eliminar la colesterolemia. Pero lo que sí podemos, y debemos hacer, es mantenerla bajo control en todo momento.
Quienes pretenden soluciones instantáneas (que en el fondo las vislumbran como una salida mágica) son quienes degluten cantidades tremendas de medicamentos. Pero estas personas lo hacen sin conocer todos los riesgos que corren.
Existen distintos tipos de fármacos que regulan la presencia de colesterol en sangre. Estos fármacos trabajan de distintas formas, pero el problema es que, todos ellos, generan indeseables y muchas veces, nocivos efectos secundarios.
Los medicamentos que mayormente se recetan para disminuir rápidamente los niveles de Colesterol, son conocidos como estatinas. En muchos casos, estos medicamentos son necesarios como una salida rápida al problema, pero lo que pocos saben, es que pueden producir algunos efectos secundarios indeseados y muy graves.
Dolores musculares que pueden llegar a rabdomiolisis (enfermedad que provoca la destrucción muscular)
Los medicamentos que suelen ser recetados para tratar el Colesterol, en el corto o en el largo plazo, suelen tener efectos secundarios que generan otros problemas de salud, que se suman al problema de colesterol que se tenía en un principio.
Por supuesto quiero dejar bien en claro, que en todos los casos, no es el paciente el que ha de suspender la medicación por su cuenta, sino que debe realizar una consulta obligada con su médico para proponer un tratamiento alternativo.
Mi nombre es Martín Teixido, y hace algunos años (a mis 25 años de edad), de pura casualidad, al realizarme un examen médico de rutina, me diagnosticaron colesterolemia. Bien dije de casualidad, porque la presencia de colesterol LDL en sangre es altamente peligrosa para el desarrollo de afecciones cardíacas y la mayor parte de la población que la sufre ni tiene ni idea de que la tiene. ¿Por qué? Porque no produce ningún tipo de síntomas, hasta que ya es demasiado tarde.
En su momento, no entendí muy bien por qué yo podía tener colesterol alto. Tenía una vida normal, no fumaba y mis hábitos alimenticios eran relativamente sanos. ¿Por qué esto tenía que ocurrirme justo a mí?
Ante la situación, mi médico de cabecera me recetó un medicamento de la familia de las estatinas. Si bien con ese medicamento pude tener mi colesterol controlado, a veces sufría mareos, dolores de cabeza, y me costaba mucho trabajo conciliar el sueño.
Al consultarle por estos efectos en mi cuerpo, mi médico me advirtió de que “el insomnio, las cefaleas y los mareos eran normales” y que se encuadraban dentro de los efectos secundarios propios de las estatinas. Pero como… ¿Tendría que soportar mareos, insomnio y cefaleas por el resto de mis días? ¿Y debía considerar eso como normal?
Realmente no estaba muy convencido del tratamiento que estaba siguiendo, y si bien no lo abandoné, decidí visitar a otros facultativos.
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